
10 Razones para planificar la comunicación en las organizaciones
Cuando hablamos de estrategia dentro de la comunicación nos referimos a la planificación y diseño pautado de unas actuaciones y mensajes que permiten alcanzar una meta concreta. En base a esto podemos definir la estrategia de la comunicación como la planificación de la gestión de flujos comunicativos en la organización acorde a sus objetivos y valores. Porque comunicar no consiste solamente emitir información, comunicar consiste en construir un diálogo con aquellos que son receptores y emisores de nuestro mensaje.
En el nuevo contexto social, lo primero que debemos entender es que las organizaciones no se encuentran aisladas, hoy más que nunca, están relacionadas y son susceptibles de su entorno. Todo lo que la organización dice, hace y piensa está sujeto a un escrutinio público como nunca antes en la historia.
Por eso, hoy, la importancia de contar con una estrategia que permita coordinar todas las acciones comunicativas se vuelve más indispensable que nunca.
En este contexto, Liabert enuncia un decálogo en el que expone las razones por las que es necesario planificar la comunicación dentro de las organizaciones:
- Otorga un marco general para las acciones.
- Incrementa el valor de la comunicación dentro de la administración.
- Aclara el papel de la comunicación en la actividad de una empresa.
- Abre la oportunidad para el debate interno y puede someter a revisión las decisiones obsoletas.
- Lucha contra la idea en la que se concibe a la comunicación como una mera herramienta.
- Permite el monitoreo, el control y la evaluación.
- Facilita la anticipación y el enfoque proactivo.
- Establece la jerarquización de las prioridades en las acciones programadas.
- Evita las revisiones puntuales.
- Legitima las asignaciones presupuestales en caso de cambio de rumbo.
Por último, es esencial que interioricemos la idea de que formalizar un plan de comunicación no es lo más importante para una correcta planificación de la comunicación. Lo más importante es, sin duda, haber sido capaces de construir de manera previa una política de comunicación que incluya los principios generales corporativos y que, llegado el momento necesario, se pueda aplicar en diferentes planes de comunicación específicos.